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Argentina: profundo déficit turístico y la salida masiva de viajeros

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Argentina atraviesa una crisis extendida en su sector de viajes internacionales. Las cifras oficiales revelan un marcado desequilibrio entre quienes ingresan al país y quienes deciden salir de viaje al exterior.

Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y reportes especializados, la balanza turística ha mantenido un saldo negativo por cerca de veinte meses consecutivos. Esto implica una pérdida constante de divisas.

El turismo emisivo, que registra los viajes de los residentes al exterior, ha crecido de manera significativa en el último período. Millones de argentinos eligieron destinos fuera de las fronteras nacionales.

En contrapartida, el turismo receptivo, el ingreso de visitantes no residentes, ha mostrado una tendencia a la baja. Esta combinación profundiza el déficit tanto en cantidad de viajeros como en la cuenta de divisas.

Aumento exponencial del Turismo Emisivo

Las estadísticas son elocuentes: se registraron crecimientos interanuales de hasta el 50 por ciento o más en la salida de turistas residentes en ciertos meses. Este fenómeno refleja una masiva migración estacional por motivos de ocio.

Los destinos predilectos de los viajeros argentinos se concentran en países limítrofes, especialmente Chile, Brasil y Uruguay. La apreciación del peso frente a las monedas de la región hizo más atractivo el consumo en el exterior.

El desbalance numérico es notorio. En períodos clave, por cada turista extranjero que ingresó a la Argentina, más de dos residentes salieron con destino a otros países.

En términos económicos, el impacto se traduce en un agujero fiscal importante. El gasto total del turismo emisivo supera por miles de millones de dólares al ingreso generado por el receptivo.

El factor del tipo de cambio y costos locales

La principal causa de este desequilibrio se vincula directamente con la situación cambiaria del país. La apreciación del peso argentino ha encarecido los costos de bienes y servicios para el visitante extranjero.

Esto ha llevado a que la Argentina se posicione como uno de los países más caros de la región para el turismo internacional. Incluso las tarifas hoteleras en ciudades como Buenos Aires superan a las de capitales vecinas.

El encarecimiento en dólares desincentiva el arribo de viajeros de larga distancia. La falta de un tipo de cambio competitivo reduce el atractivo del país, afectando directamente al sector de servicios.

Impacto en la actividad interna

La prolongada racha negativa ha generado preocupación en la industria turística local. No solo afecta el flujo de divisas, sino que también debilita la actividad económica interna del sector.

La pérdida de competitividad es un desafío estructural urgente para las autoridades y los empresarios. El país necesita recuperar el atractivo para los viajeros internacionales y equilibrar la balanza.

 


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