Fallo obliga a aerolínea a pagar daño moral por reprogramación
Un reciente fallo judicial emitido en argentina ha generado un importante precedente en cuanto a las obligaciones de las aerolíneas con sus pasajeros ante inconvenientes en los vuelos. La sentencia se refiere a un caso de reprogramación reiterada que culminó en la condena de una aerolínea a pagar una doble indemnización.
Este dictamen, originado en un Juzgado Federal de Córdoba, impacta directamente sobre las reglas operativas y las condiciones que deben cumplir las compañías aéreas en el país. El precedente es clave para el sector de los viajes y podría inspirar reclamos similares en el futuro.
Sentencia clave para usuarios aéreos
La demanda fue presentada por un viajero que había contratado un vuelo de cabotaje con la compañía Flybondi para trasladarse desde Córdoba hasta Buenos Aires. Este tramo era crucial, pues representaba la conexión con un servicio internacional que lo llevaría fuera del país.
El servicio aéreo fue retrasado y sufrió reprogramaciones en tres ocasiones distintas, poniendo en serio riesgo la pérdida del vuelo internacional del pasajero. Ante la falta de soluciones efectivas por parte de la empresa, el usuario debió actuar por su cuenta.
Para asegurar su viaje y no perder la conexión programada, el afectado se vio obligado a comprar un nuevo pasaje con otra compañía aérea. La acción se realizó en una situación de urgencia y desesperación.
El costo de la incertidumbre
El juez Carlos Arturo Ochoa condenó a la empresa a cubrir el daño patrimonial y, además, a compensar el perjuicio extrapatrimonial sufrido por el viajero. El fallo reconoció dos tipos de daños diferenciados en el mismo proceso.
En concepto de daño emergente y patrimonial, se estableció que Flybondi debía reintegrar al pasajero la suma de $246.950, que fue el costo exacto del nuevo pasaje adquirido. Esta es la primera parte de la doble indemnización.
El monto más significativo fue la condena de $1.300.000 por el daño moral. El magistrado consideró que las sucesivas cancelaciones y la nula respuesta generaron un profundo «estado de incertidumbre, nerviosismo y angustia».
Un precedente jurídico firme
La aerolínea de bajo costo había intentado justificar la situación alegando que la última modificación del horario no superaba las cuatro horas permitidas por la reglamentación. El tribunal desestimó completamente este argumento.
El juez sostuvo que lo relevante era la acumulación de las reprogramaciones, cuya sumatoria excedía ampliamente el límite de cuatro horas previsto en la normativa. Además, se comprobó que los cambios no fueron informados con la debida antelación al pasajero.
El fallo dejó claro que la empresa violó sus condiciones de transporte aéreo al no ofrecer alternativas para cumplir el viaje en tiempo oportuno o derivar al pasajero a otra aerolínea. Este incumplimiento forzó al viajero a contratar un nuevo servicio.
La digitalización de los reclamos
En un hecho paralelo, pero relevante para el sector, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) implementó recientemente una nueva normativa sobre la gestión de reclamos. El cambio apunta a modernizar y simplificar los procedimientos.
La Resolución 774/25 establece un esquema más flexible que sustituye el tradicional y obligatorio «libro de quejas» en formato papel por medios digitales o telefónicos. Este mecanismo busca mayor representatividad y accesibilidad.
La nueva reglamentación obliga a las compañías a aéreas a generar un comprobante único de registro por cada reclamo y les impone un plazo máximo de treinta días hábiles para dar una respuesta al usuario afectado.
Impacto en la operación aérea
Tanto la contundencia del fallo judicial en Córdoba como la nueva regulación de la ANAC modifican de manera drástica las condiciones operativas de las empresas aéreas. Se elevan los estándares de respuesta al viajero.
El sector deberá mejorar la gestión de imprevistos y la comunicación con los usuarios para evitar la exposición a demandas millonarias por daños morales. El foco se pone en garantizar la experiencia del viajero desde la compra hasta el destino final.
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