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Turismo en Argentina: impacto económico del último fin de semana largo

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El reciente balance del impacto económico del turismo en Argentina revela un panorama de contrastes, donde la importante movilización de viajeros se ve atenuada por una marcada reducción en el poder adquisitivo y el gasto promedio. Durante el fin de semana largo por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, se registró una movilización de cerca de 1,44 millones de turistas en todo el país.

Este flujo masivo de viajeros generó un impacto económico significativo, estimado en 262.627 millones de pesos, y se tradujo en destacadas tasas de ocupación hotelera en varias provincias, incluyendo centros turísticos clave como Santa Fe y Córdoba. El sector, al menos en el ámbito nacional, mantuvo un pulso activo, demostrando la vigencia del turismo interno como una vía de escape y consumo para una parte de la población.

Buena afluencia pero recorte de gastos

Sin embargo, a pesar de la alta afluencia, los indicadores de consumo reflejaron la realidad económica actual. Se observó una notable disminución en el gasto promedio diario por turista en términos reales respecto al año anterior, junto con una reducción de la estadía promedio, que se acortó a solo dos noches. Este comportamiento refleja una actitud más austera por parte de los viajeros, directamente vinculada al menor poder adquisitivo de las familias.

En una perspectiva más amplia, la actividad turística, que históricamente ha sido un motor de la economía y generador del 7% del empleo formal, ha dejado de ser un impulso positivo. Informes recientes sugieren que el impacto económico real del sector habría caído en comparación con el año anterior, y las llegadas de visitantes internacionales siguen en descenso, complicando aún más la situación.

Esta crisis del turismo se asocia directamente a la caída del poder adquisitivo interno y a factores macroeconómicos como los controles cambiarios y la retracción del turismo internacional. La conjugación de estos elementos está generando un déficit en la balanza comercial turística del país y proyecta un escenario negativo para el sector, con afectaciones al empleo y a la actividad hotelera de cara a 2026.

En síntesis, la última semana subraya una dualidad: un turismo nacional que logra movilizar grandes volúmenes de personas, pero que opera en un contexto de gasto reducido y estadías breves. Este patrón de consumo austero se inserta en un escenario de crisis económica y retracción del turismo internacional que está afectando profundamente la rentabilidad y las perspectivas de crecimiento a corto y mediano plazo para la industria turística argentina.


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