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Canarias Impugna el Registro Único de Viviendas Turísticas: Batalla Legal por Competencias Autonómicas

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Canarias se Planta Ante el Registro Central de Alquileres Turísticos

El Gobierno de Canarias ha decidido tomar acciones legales contundentes contra la reciente iniciativa del Gobierno central español de establecer un Registro Único de Viviendas de Uso Turístico. Esta medida, materializada a través del Real Decreto 1312/2024, ha encendido las alarmas en el archipiélago, que considera la normativa una invasión directa de sus competencias autonómicas en materia de turismo, un sector vital para su economía. La tensión entre ambas administraciones pone de manifiesto una vez más las complejidades inherentes al reparto de responsabilidades en el Estado de las Autonomías.

El núcleo del conflicto radica en la percepción canaria de que el Estado está extralimitándose en sus funciones al intentar centralizar la gestión de los alquileres turísticos. Desde la perspectiva insular, la regulación y ordenación de esta actividad recae históricamente y estatutariamente en las comunidades autónomas, quienes mejor conocen las particularidades y necesidades de sus respectivos territorios. La creación de este registro único, argumentan, no solo solapa las funciones ya ejercidas por el gobierno regional, sino que también podría desvirtuar las políticas turísticas diseñadas específicamente para el contexto canario.

El Camino Hacia el Contencioso-Administrativo

La decisión de interponer un recurso contencioso-administrativo no ha sido tomada a la ligera. Previamente, el Ministerio de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias había formulado un requerimiento formal al Ejecutivo central, instándole a reconsiderar la medida y a entablar un diálogo para resolver las discrepancias. Sin embargo, este requerimiento no obtuvo respuesta en el plazo establecido, lo que ha abocado al gobierno canario a buscar amparo en los tribunales para defender lo que considera una vulneración de su autonomía.

Este paso hacia la vía judicial subraya la firmeza de la postura canaria y su determinación a proteger su marco competencial. La falta de diálogo previo o de una respuesta satisfactoria por parte del Gobierno central ha sido interpretada en las islas como una señal de la poca disposición a negociar o a tener en cuenta las sensibilidades autonómicas en un tema de tanta trascendencia para la planificación turística y urbana del archipiélago.

Invasión de Competencias: El Argumento Central de Canarias

El principal argumento esgrimido por el Gobierno de Canarias es la invasión de sus competencias exclusivas en materia de ordenación turística. El Estatuto de Autonomía de Canarias, al igual que los de otras comunidades autónomas, delimita claramente las áreas en las que el gobierno regional tiene la potestad de legislar y gestionar. La regulación de las viviendas de uso turístico, incluyendo sus requisitos de inscripción y control, ha sido hasta ahora una prerrogativa autonómica.

La implementación de un registro estatal único, junto con la Ventanilla Única Digital para el intercambio de datos, es vista como una recentralización encubierta que podría mermar la capacidad de Canarias para adaptar la normativa a sus necesidades específicas. Aspectos como la capacidad de carga turística, la sostenibilidad del modelo o la convivencia con los residentes son cuestiones que, según el ejecutivo canario, deben ser gestionadas desde la proximidad y el conocimiento del territorio.

Implicaciones para el Sector y el Debate sobre la Regulación Turística

Esta disputa legal trasciende el mero ámbito competencial y se inserta en el debate más amplio sobre cómo regular el fenómeno de las viviendas turísticas. Mientras algunos sectores abogan por una mayor homogeneización y control a nivel estatal para garantizar la transparencia y la competencia leal, otros defienden la necesidad de que las regulaciones se adapten a las realidades locales, especialmente en territorios con una fuerte dependencia del turismo como Canarias.

El resultado de este litigio podría sentar un precedente importante en la forma en que se gestionan los alquileres turísticos en España y en la relación entre el Estado y las comunidades autónomas en esta materia. Para el sector turístico y los profesionales del derecho especializados en este ámbito, el caso representa un punto de inflexión que requerirá un seguimiento atento. La resolución judicial no solo definirá el alcance de las competencias autonómicas, sino que también podría influir en futuras normativas y en la seguridad jurídica de propietarios y operadores turísticos. La complejidad del marco normativo turístico se ve así acentuada, generando un escenario de análisis y debate, donde la confluencia de ambos campos es el eje central. La defensa de las autonomías y la búsqueda de un modelo turístico sostenible y bien regulado se encuentran en el corazón de esta controversia.


Turismo y Derecho

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